Un regreso a la presencialidad en precarias condiciones
Un regreso a la presencialidad en precarias condiciones
Por: Carmen Ipanaque.
La pandemia a causa de la Covid-19 fue un suceso que golpeó a todos los sectores, uno de los afectados fue el sector educativo que por obvias razones tuvo que paralizar la asistencia de clases y buscar estrategias para seguir educando a los estudiantes, implantando así una comunicación apoyada de la tecnología. Programas como aprendo en casa, plataformas digitales como google meet, zoom entre otras se convirtieron en los nuevos canales de formación.
Durante este proceso existieron muchas quejas por parte de docentes, estudiantes e incluso los mismos padres de familia que mostraban su incomodidad ante el escaso aprendizaje que se adquiría y el abundante estrés que producía este nuevo tipo de enseñanza, al ser ellos los que pasaran a tomar el rol de profesores y convivir durante muchas horas con los estudiantes.
En el año 2022 y luego de atravesar situaciones complicadas en dos años de pandemia, las personas esperaban que el gobierno anunciara el regreso a clases de los escolares de forma presencial. A fines del año 2021 se escuchaban las declaraciones por parte del Ministerio de Educación (Minedu) anunciando el regreso a clases presenciales como una decisión impostergable señalando que el retorno seria al 100%.
Fuera de ser la solución que tanto se esperaba, representaba el inicio de una nueva problemática pues meses después la contraloría salió a anunciar que durante su operativo “Buen inicio de Año Escolar 2022” se encontró que más del 50% de los colegios públicos presentaban deficiencias de infraestructura, carencia de servicios básicos y una limitada implementación de medidas de bioseguridad contra la COVID-19.
En este sentido el regreso a clase se convertía en un riesgo para miles de estudiantes, riesgo que fue ocasionado por las mismas autoridades de las instituciones, según el informe que se solicitó en la UGEL revela que durante la pandemia los colegios permanecieron cerrados, además se conoció que el 32,2% de los directores estaban de vacaciones o licencia y no dejaron ningún personal encargado del mantenimiento del colegio.
A la pésima infraestructura de las instituciones educativas, se le suma falta de dotación, mantenimiento de retretes urinarios o lavatorios, carencia de internet, restricción de agua potable, de suministro eléctrico. Las regiones con mayor incidencia de estos problemas son: Cajamarca, Junín, Apurímac, Ayacucho, Cusco, Arequipa, La Libertad, Piura, Ancash, Amazonas y Lambayeque.
Minedu declaró que el retorno a clases se haría con el debido protocolo sanitario, además aseguro rehabilitar la estructura de las instituciones educativas con el fin de obtener un espacio seguro para decentes, personal administrativo y estudiantes, pero ¿Qué seguridad van a tener alumnos que regresan a colegios con puertas, ventanas y techos en mal estado, con servicios que carecen de agua, electricidad y mantenimiento?
El año escolar empezó y todo lo que se prometió jamás se cumplió, e incluso en Piura aún hay colegios que no está terminados y que por si fuera poco han paralizado las obras por falta de financiamiento. La poca gestión es evidenciada por cada alumno que hoy en día acude a clases, la solución está en la fiscalización por parte de instituciones encargadas de velar por el bienestar de los estudiantes, en acelerar las gestiones para la rehabilitación de las instituciones y en el trabajo colectivo de los padres para reclamar derechos primordiales, una educación de calidad y en un ambiente agradable.
Las autoridades desempeñan un rol importante en esta grave problemática pues son ellos que están más cerca del problema, por lo tanto, son los que deberían asegurarse que su institución a cargo cuente con los servicios básicos y en buen funcionamiento no es posible que se los alumnos sigan acudiendo a clases en precarias condiciones que pone en riesgo su salud.
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