MACHISMO E INJUSTICIA SOCIAL, LOS PROBLEMAS QUE ACABAN CON LA MUJER
Autora: Carmen Elena Ipanaqué Timaná
Los casos de violencia van en aumento, ser mujer y vivir con el miedo a que un enfermo pueda abusar de mí me parece una total injusticia de la vida, ser mujer y por ello ser menospreciada es una total barbaridad, una realidad que duele, que cohíbe y que obliga a buscar protección para evitar un daño irremediable, un daño que muchas veces ni siquiera logra ser contado.
“Caníbal indignación total” es una serie inspirada en la realidad, una realidad que golpea y pone una vez más en evidencia la dura situación que viven las mujeres que no terminan nunca de ser maltratadas y despojadas de sus derechos, por tipos psicópatas y enfermos que no tienen remordimiento alguno para cometer estos actos sin piedad y luego contarlos con total frialdad como si no les circulara sangre en la cara.
El Perú antiguo ser mujer significaba ser la más débil, la que no tenía derechos, la vulnerada, la sirvienta y la que le agachaba la cabeza al varón, incluso la violentada sin derecho a reclamar, pero ¿Qué ha cambiado hoy en pleno siglo XXI? ¿Derechos?, pues claro que contamos con derechos, los que se vulneran, se violan y no se respetan. Ser mujer en la actualidad es difícil, porque el problema de la desigualdad de género sigue estando presente como una enfermedad incurable que acaba solo con la muerte.
Existen casos que ni siquiera fueron resueltos con justicia, por el contrario se resolvieron con dinero, con influencias y poder, mostrando la incapacidad de las autoridades para emitir una sentencia que solo es movida por las altas tazas de dinero que entregan a cambio de no desprestigiar un apellido, una clase social, entonces cabe preguntarse ¿Qué ha cambiado? Acaso no se reconoce la valentía de tantas mujeres que murieron luchando por una igualdad de género para alcanzar justicia, equidad y respeto.
Tremenda indignación se vivió en el Perú cuando diversos jueces rechazaron la enuncia de una violación porque la victima usaba ropa interior de color rojo e inmediatamente fue asociada con una prenda de máxima seducción, bajo este argumento tres jueces no aceptaron y absolvieron al presunto violador en un fallo que pone en evidencia los prejuicios de una sociedad machista.
Esta problemática no solo tortura un país como México, en el Perú y para focalizar más en Piura se vive la misma incertidumbre, el mismo miedo de no saber si el día de mañana alguna de nosotras, hijas, hermanas o primas serán las próximas víctimas de una asquerosa situación que nadie merece vivir, de la que todos hablan y en las que escasas veces se logra hacer justicia.
Los casos de violencia forman parte de la agenda diaria, mujeres asesinadas, ultrajadas, secuestradas, logrando cada vez más un aumento lamentable en porcentaje de violencia contra la mujer, lo que vuelve un reto de máxima dificultad resolver, ¿Qué más debe suceder para que la sociedad se pueda dar cuenta del terrible daño que se le causa a la mujer?
Esta pesadilla de nunca acabar es la que nos persigue a diario, y urge la acción y la unión de todos, comenzando por la responsabilidad que tiene el estado en proteger los derechos que posee cada ciudadano, el poder de los medios de comunicación que juegan un rol importante en la difusión y reclamo de tantas injusticias, que lamentablemente solo han quedado para ser contadas y recordadas.
Comentarios
Publicar un comentario